4: "Me enamoré de Belo Horizonte en Maletta"

 

En mis experiencias como lectora en Belo Horizonte, lo más importante es que no soy de Belo Horizonte y vivo a 400 km de distancia. En cierto modo, esto intensifica mucho mi amor por la ciudad, que es a donde me escapo en vacaciones. Es curioso porque mucha gente busca el campo en vacaciones, y yo solo puedo descansar del aburrido campo yendo a la capital.

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Me enamoré de Belo Horizonte en Maletta. Cuando yo era todavía un niño, cuando visitaba a mi madrina en la ciudad, alguien pensó con razón que aquellos primeros pisos comerciales, que te transportan instantáneamente a los años 60, me transportarían a una isla de libertad, de ser yo mismo. Aquí, vale la pena explicar por qué me cansa tanto el interior: me encantan las librerías de libros usados, en todas sus formas. Colecciono discos, prefiero las cosas usadas, me gustan los libros antiguos, y eso es terrible para un joven de 17 años que vive en medio de la nada, donde el nicho de conocedores de "cosas viejas" debe estar formado por 10 personas (y un adolescente) , en el máximo, juntos incapaces de financiar los ambientes que sirven a su bizarro placer. En cierto modo, Maletta es la síntesis de estos ambientes.

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Instantáneamente, mientras subía las escaleras literalmente detenido en el tiempo, todo el polvo de esas tiendas atacó mi alergia, y el picor de nariz anuncia los estornudos constantes que me mantendrán despierto más tarde en las noches venideras. Este es el aspecto sadomasoquista de mi relación con los libros antiguos, y la ironía que siempre acompaña a mi espíritu anacrónico. Ya consciente de mi destino, lo ignoro rápidamente y me voy en busca de los estantes misteriosos, que están en todas partes.

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Y así, en posiciones incómodas, inmerso en terrenos inhóspitos poco apetecidos por los compradores en general o rodeado de complejos laberintos de estanterías abarrotadas, paso al menos una tarde entera, religiosamente reservado en cada uno de mis “retiros” en BH. Siempre salgo orgulloso de los hallazgos o regateos, feliz de encontrar notas interesantes en los libros, que a veces me divierten más que el propio texto. Y cada vez que abro uno de ellos, tengo frente a mí más que la historia que un autor decidió escribir, sino las muchas historias que cada mota de polvo dejó allí: mis tardes en tiendas de segunda mano, las impresiones del último dueño. , y también las historias que se desarrollaron en la Cantina do Lucas (tanto ayer como hoy), la sorpresa de los ex ciudadanos de Belo Horizonte al ver ese enorme edificio en la Rua da Bahia, las dificultades enfrentadas por cada trabajador para poner el edificio en pie. ..

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Resulta que no solo a Maletta me encanta BH, y ese polvo en los libros que leo, en cualquier lugar, me recuerda a las colinas, los edificios y las calles donde siento que la historia está más viva, donde parece que Milton, el Lô, el Delegado, Samuel, todos reverberan. Donde el lugar más hermoso del mundo, Minas Gerais, encuentra una síntesis más pura y mejor hecha (aunque sea muy resumida y omita partes importantes). Me enamoré de Belo Horizonte en Maletta, y cada vez que leo un libro que salió de allí, me enamoro de nuevo.

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Texto publicado en la colección "Historia afectiva de lectores y bibliotecas en Belo Horizonte"